domingo, 20 de julio de 2008

crepúsculo de invierno





atardecer narcisista...

El sol se desploma en segundos de ansiedad
El fuego se deshace en colores hasta arder , oscurecer los árboles y quemar sus cuerpos.
Sus huesos, negros
se mantienen como palos sin carteles.
La realidad desborda en un aire cargado de conspiraciones.
La verdad trasciende y se refleja.
De tanto mirarse no se tolera, y se rompe.
El cielo se quiebra……
sus matices parecen venas,
sus colores brazos, su infinidad ojos,
su estreches rutina, su marco límites,
su desnudez vestidos y su soledad nombrada.

Absurda es la existencia, de tan humano su reflejo.

La realidad se mira y vuelve a estallar.
El cielo flota, ahora, en aires de melancolía .
Se mira en el reflejo más humano,
atraviesa el lente, la retina, y se instala.
Se congela ante el disparo.
Observa su estatua. Desobedece y se ríe.
Su reflejo, el más humano, se petrificó para ser inigualable.
Su existencia,
de una realidad inventada,
de una finitud imposible.
La verdad se perdió después de la foto,
la esencia se murió junto con ella.
La belleza se quebró por mirarse siempre igual.
La foto mató el encanto del instante efímero
Las imágenes suceden al igual que atardeceres narcisistas
Y las vidas que intentan congelar instantes
se queman en sus propios espejos.

2 comentarios:

Danhy dijo...

Hermoso! Qué lindo que aflore la sensibilidad en vos! Qué bueno que sobreviva a pesar de todo.

Besos

Anónimo dijo...

Gracias por regalarme ese atardecer...
Su esencia se desvanece con la captura del instante, pero permanece en la imagen que ronda por los rincones de espacio que habito.

Un beso